¿Sabías que la Constitución de 1917 fue un parteaguas en la historia de México? Este documento no solo puso fin a uno de los periodos más intensos del país —la Revolución Mexicana—, sino que también marcó un nuevo rumbo para la justicia social, los derechos laborales y la equidad en México que perdura hasta la actualidad.
¿Qué es lo que hace a esta constitución tan especial y por qué, más de un siglo después, sigue siendo relevante? Al leer este artículo, descubrirás cómo la Constitución de 1917 estableció las bases de los derechos que hoy damos por sentados, los personajes que dejaron su huella en ella y los cambios clave que transformaron la vida política y social del país.
Conoce las leyes y derechos que aún hoy nos impactan, y descubre el contexto histórico y los desafíos sociales que motivaron su creación.
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La Constitución de 1917 fue la primera en incluir derechos sociales, como el derecho al trabajo, la educación, y la protección de la propiedad colectiva, sirviendo de inspiración para otras constituciones en el mundo.
Historia de la constitución de 1917
La Constitución de 1917 fue el resultado de un contexto histórico bien movido, marcado por la Revolución Mexicana. Antes de esta constitución, México ya contaba con la Constitución de 1857, pero no fue suficiente para enfrentar las demandas sociales que surgieron en el país.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, las desigualdades crecieron: las tierras estaban en manos de unos pocos, y los trabajadores enfrentaban condiciones laborales terribles.
La Revolución Mexicana (1910-1920) fue una respuesta directa a estas injusticias. Cuando Venustiano Carranza asumió el liderazgo, convocó a un Congreso Constituyente en 1916 para crear un documento que diera fin al conflicto y asegurara los derechos sociales.
Este congreso se reunió en Querétaro, en el actual Teatro de la República. Los debates entre los delegados del Congreso dieron lugar a una constitución avanzada para su época, pues fue la primera en el mundo en incluir derechos sociales como el acceso a la educación y los derechos laborales.
Esta nueva constitución, promulgada el 5 de febrero de 1917, estableció normas y principios que hoy siguen siendo la base de la vida política y social en México.
Incluyó, por ejemplo, el Artículo 27 sobre la nacionalización de tierras y recursos, y el Artículo 123 sobre derechos laborales, como la jornada de ocho horas y el derecho a huelga, medidas que fueron innovadoras en su tiempo.

Constitución de 1917: puntos importantes
La Constitución de 1917 trajo varios cambios que marcaron un antes y un después en México, tanto en lo social como en lo político. Aquí presentamos algunos de los puntos más relevantes que se incluyeron en este documento. Además, destacamos cuáles siguen vigentes hoy y cuáles han tenido modificaciones con el tiempo:
- Derechos de los trabajadores (Artículo 123): Aquí se establecieron las primeras leyes laborales en México, como la jornada de ocho horas, el derecho a huelga, la protección de los salarios y la prohibición del trabajo infantil. Este artículo sigue siendo clave en la legislación laboral mexicana y ha sido adaptado para incluir más derechos con el paso de los años, como la seguridad social y el derecho a un ambiente de trabajo seguro.
- Propiedad de la tierra y recursos naturales (Artículo 27): Este artículo dictaba que la tierra y los recursos naturales, como el agua y el subsuelo, pertenecen originalmente a la nación. Permitió la expropiación de tierras privadas para su redistribución en ejidos. Esto benefició a algunos campesinos sin tierras. Aunque este concepto de propiedad nacional sigue vigente, las reformas en décadas recientes han permitido la inversión privada en sectores como el petróleo, lo cual ha generado mucha polémica.
- Educación laica, gratuita y obligatoria (Artículo 3): La Constitución de 1917 estableció que la educación primaria debía ser gratuita, laica y obligatoria. Así, se marcó un gran avance en la democratización del conocimiento. Este derecho ha evolucionado para incluir niveles superiores de educación como secundaria y preparatoria obligatorias en el país.
A pesar de su impacto y complejidad, la Constitución fue debatida y aprobada en 72 días por el Congreso Constituyente de 1916-1917. Esto refleja el apremio por consolidar la paz y estabilidad tras la Revolución Mexicana.
- Separación Iglesia-Estado: En línea con el enfoque liberal de la época, esta constitución reafirmó la separación entre la Iglesia y el Estado, limitando la influencia de instituciones religiosas en asuntos gubernamentales y educativos. Aunque sigue vigente, las relaciones Iglesia-Estado han sido suavizadas en la práctica, permitiendo una convivencia más armónica.
- No reelección presidencial: La constitución prohibió la reelección para evitar el surgimiento de dictaduras como la de Porfirio Díaz. Este principio se ha mantenido firme hasta hoy, limitando a los presidentes a un solo periodo de seis años sin posibilidad de volver a presentarse.
- Nuevas instituciones para el control del poder: Se crearon nuevas instituciones y normas para garantizar la transparencia y evitar abusos de poder, como los artículos que garantizan los derechos humanos y los procedimientos judiciales justos. La Constitución de 1917 también estableció la soberanía nacional y la supremacía del Estado sobre otros poderes.
Estos puntos son algunos de los pilares de la Constitución de 1917, y muchos de ellos continúan siendo fundamentales en la estructura política y social de México. Además, la mayoría de estos eran inexistentes en la primera constitución mexicana, la Constitución de Apatzingán en 1814, cuando el país luchaba por liberarse del yugo de la corona española.
Aunque algunos artículos han sido modificados para ajustarse a los tiempos modernos, la esencia de esta constitución sigue presente y es la base de la legislación mexicana.
Constitución de 1917: personajes
Varios personajes fueron clave en la creación de la Constitución de 1917, y cada uno aportó sus ideas en este momento histórico. Aquí algunos de los más destacados:
- Venustiano Carranza: Fue el impulsor principal de la nueva constitución. Tras vencer a los ejércitos de Emiliano Zapata y Pancho Villa, convocó al Congreso Constituyente en Querétaro para reformar la Constitución de 1857 y darle un carácter social y de justicia.
- Luis Cabrera y Pastor Rouaix: Estos delegados del Congreso Constituyente fueron claves en temas agrarios. Cabrera propuso la distribución de tierras y la creación de ejidos, ideas fundamentales para el Artículo 27, que declaraba a la nación como dueña originaria de las tierras y recursos del país.
- Francisco J. Múgica: Fue un gran defensor de los derechos sociales en el congreso. Su voz fue decisiva para incluir temas de derechos laborales y nacionales en la constitución, especialmente en el Artículo 123, que defendía a los trabajadores, estableciendo límites en la jornada laboral y prohibiendo el trabajo infantil.
- Heriberto Jara: Como defensor de los derechos obreros y campesinos, Jara apoyó activamente los cambios radicales en la constitución. Junto a Múgica, fue uno de los "radicales" en el Congreso, enfrentándose a quienes preferían mantener un enfoque más conservador.
Cada uno de estos personajes dejó su huella en la Constitución de 1917 y aportó a la creación de un documento que, incluso después de numerosas reformas, sigue siendo una pieza fundamental en la historia de México.
Constitución de 1917 resumen
En breve, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 fue una respuesta concreta a las profundas desigualdades que se vivían en México antes y durante la Revolución Mexicana.
Promulgada el 5 de febrero de 1917, esta constitución es única en la historia porque no solo estableció el marco político y jurídico de la nación, sino que también incorporó un compromiso social revolucionario, algo casi inédito en su época.
La inclusión de derechos sociales transformó el papel del Estado al colocarlo como garante de derechos básicos para toda la población, en particular los sectores más vulnerables.
La constitución reflejaba las demandas revolucionarias de justicia social y fue pionera en incluir derechos como la propiedad de la tierra para los campesinos, la protección de los trabajadores y una educación accesible y sin influencia religiosa.
A diferencia de constituciones anteriores, como la Constitución de 1824, que se centraban en principios liberales más generales, la de 1917 abordó directamente las injusticias sociales a través del establecimiento de derechos que iban más allá de la mera igualdad ante la ley y apuntaban a una igualdad real en términos económicos y sociales.
Además de su carácter innovador en derechos sociales, la Constitución de 1917 consolidó un sistema de gobierno que buscaba limitar el poder y prevenir abusos, con mecanismos que aún hoy determinan la estructura política de México.
Su vigencia y relevancia actual radican en que, aunque ha sido reformada en muchos aspectos, la esencia de justicia social y el enfoque en los derechos fundamentales continúan siendo pilares centrales para el país, y así es la más importante en la historia de las constituciones de México.
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