La cultura tolteca fue una de las civilizaciones más influyentes de Mesoamérica. Floreció entre los siglos X y XII d.C. desde su capital, Tula, en el Altiplano Central de México.
Conocidos por sus avanzadas habilidades arquitectónicas, su estructura social militarizada y su profunda influencia religiosa, los toltecas dejaron un legado que impactó a culturas posteriores como la azteca.
A continuación, explora su historia, creencias, costumbres y los principales aportes de esta civilización que marcó un antes y un después en el desarrollo cultural de la región.
¿Quiénes fueron los Toltecas?
Los toltecas fueron una civilización mesoamericana que floreció entre los siglos X y XII d.C., y destacaron como una de las culturas más influyentes en la historia de la región.
Resumen de la cultura Tolteca
Considerados como maestros constructores, su influencia se extendió por gran parte de Mesoamérica, tanto en términos arquitectónicos como en el ámbito religioso y cultural.
Se les atribuye el establecimiento de una tradición militarista y la creación de monumentales ciudades, como Tula, su capital, que refleja el poder que tenía de esta cultura.
Los toltecas también dejaron una marca importante en la cosmovisión de las civilizaciones que les sucedieron, como los aztecas, quienes los veneraban como precursores de su propia cultura.
Historia de los toltecas
La historia de los toltecas se desarrolla en diversas etapas, conoce su origen así como los diferentes periodos de esta civilización. Igualmente, ubícalos perfectamente en el mapa conociendo dónde vivieron principalmente.
Origen de los toltecas
El origen de los toltecas se remonta a un grupo de migrantes de origen chichimeca que, según fuentes históricas, se establecieron en el Altiplano Central de México.
Este pueblo se mezcló con las culturas locales, adoptando y adaptando elementos de las civilizaciones anteriores, como los teotihuacanos.
Se cree que, a mediados del siglo X, lograron consolidarse como una fuerza dominante en la región. Fundaron la ciudad de Tollan-Xicocotitlan, conocida como Tula, que se convertiría en su principal centro político y religioso.
Aunque mucho de su historia se entrelaza con mitos y leyendas, las evidencias arqueológicas respaldan su existencia como una sociedad organizada y avanzada.
Tolteca periodo principal
El periodo principal de los toltecas abarca aproximadamente del siglo X al XII d.C., durante el cual alcanzaron su mayor apogeo político, militar y cultural.
En este periodo, Tula floreció como una ciudad amurallada con grandes templos, pirámides y los famosos atlantes, esculturas monumentales que representan guerreros toltecas.
Este fue un tiempo de expansión territorial y de consolidación de un imperio que, si bien no alcanzó la magnitud de otros posteriores, logró establecer una estructura estatal fuerte basada en el poder militar y la religión.
Sin embargo, hacia el siglo XII, la ciudad de Tula comenzó a declinar, probablemente debido a conflictos internos y presiones de otras culturas, lo que finalmente llevó a la caída de la civilización tolteca.
Ubicación de la cultura Tolteca
La civilización tolteca se estableció en la región del Altiplano Central de México. Abarca lo que hoy conocemos como los estados de Hidalgo, Estado de México y parte de Querétaro.
Su ciudad capital, Tula, se encontraba estratégicamente ubicada cerca de importantes rutas comerciales, factor que ayudó a su expansión e influencia.
Desde Tula, los toltecas extendieron su dominio y comercio a otras áreas de Mesoamérica, interactuando con culturas como los mayas y zapotecas. La localización de los toltecas les permitió ser un punto clave en el desarrollo de la región.
Principales costumbres de la cultura tolteca
La cultura tolteca se caracterizó por una serie de costumbres y prácticas que giraban principalmente en torno a la guerra, la religión y el arte, al igual como sucedió con la civilización mixteca y otras.
Como sociedad fuertemente militarizada, los toltecas celebraban rituales en honor a sus guerreros, quienes ocupaban un lugar privilegiado en su estructura social.
Los sacrificios eran una práctica común, pues se realizaban principalmente para honrar a los dioses y asegurar la prosperidad de la sociedad. Estos rituales se llevaban a cabo en templos y pirámides, y formaban parte de una compleja red de creencias que vinculaban el sacrificio con el ciclo de la vida y la muerte.
Otro aspecto importante de sus costumbres era el comercio, que no solo impulsaba su economía, sino que también facilitaba el intercambio cultural. Los toltecas intercambiaban productos como cerámica, textiles, y obsidiana con otras regiones de Mesoamérica.
Entre las principales regiones con las que intercambiaban productos destacan:
- La región maya: Los toltecas tuvieron contacto con ciudades mayas como Chichén Itzá, en la península de Yucatán. De hecho, se cree que los toltecas tuvieron una fuerte influencia en la arquitectura y la cultura de los mayas durante el periodo posclásico, y se realizaban intercambios de bienes como jade, plumas de quetzal, textiles y cerámica.
- La región oaxaqueña: Los zapotecas y mixtecos de Oaxaca también mantuvieron relaciones comerciales con los toltecas. Los productos más intercambiados eran la obsidiana, textiles, cerámica y productos agrícolas como el cacao.
- Occidente de México: Los toltecas también comerciaban con grupos del occidente de México, en particular de las regiones cercanas a Michoacán y Jalisco, donde se producían bienes como la obsidiana y el cobre, además de otros productos artesanales.
- El Golfo de México: Las culturas del Golfo, como los totonacas, también estuvieron involucradas en el comercio con los toltecas. A través de esta región, los toltecas obtenían productos exóticos como el cacao, vainilla, plumas de aves tropicales y conchas marinas.
Además del comercio, se destacaron en la creación de artesanías, sobre todo en esculturas y objetos rituales.

Religión de la cultura tolteca
La religión tolteca es una pieza fundamental de su identidad cultural. Profundamente vinculada con su visión del mundo y el cosmos, la religión influenciaba todos los aspectos de la vida tolteca, desde la política hasta las actividades cotidianas.
Los toltecas creían en una serie de dioses, algunos de los cuales compartían con otras culturas mesoamericanas, como Tezcatlipoca y Quetzalcóatl. Los templos en Tula estaban dedicados a estos dioses, y los sacrificios eran una forma de mantener el equilibrio entre el mundo humano y el divino.
La mitología tolteca
La mitología tolteca está llena de relatos que narran la creación del mundo, el ciclo del tiempo y la lucha entre el bien y el mal.
Uno de los mitos más conocidos es el de Quetzalcóatl, el dios-serpiente emplumada, que fue adorado como una deidad de la sabiduría, la fertilidad y la civilización.
Según la leyenda, Quetzalcóatl fue un gobernante benevolente que trajo el conocimiento de las artes y las ciencias a los toltecas, pero su reinado terminó en tragedia cuando fue exiliado debido a un engaño de Tezcatlipoca, el dios del caos y la guerra.
Esta historia habla de la dualidad inherente en la cosmovisión tolteca, donde las fuerzas de creación y destrucción se encontraban en constante conflicto.
Otro mito importante es el de la creación de los soles o eras del mundo. Según la mitología tolteca, el mundo había pasado por varias etapas de destrucción y renovación, cada una regida por un sol distinto. Este ciclo representaba la fragilidad del orden cósmico y la necesidad de sacrificios para preservar el equilibrio del universo.
Una de las profecías más importantes de los toltecas decía que Quetzalcóatl, el dios-serpiente emplumada, regresaría algún día para restaurar el orden y la justicia en el mundo. Se creía que había sido exiliado tras un engaño, pero su retorno marcaría el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad.
5 dioses de la mitología tolteca
- Quetzalcóatl (Serpiente emplumada): Dios de la sabiduría, la fertilidad, el viento y la civilización. Representaba el conocimiento, las artes y las ciencias, y su mito como gobernante benevolente fue central en la religión tolteca. Quetzalcóatl simbolizaba el equilibrio entre el bien y el mal, y su culto fue muy influyente en culturas posteriores, como la azteca.
- Tezcatlipoca (Espejo Humeante): Dios de la noche, el caos, la guerra y el destino. Era un dios dual, tanto creador como destructor, asociado con la oscuridad y la lucha entre el orden y el caos. Se creía que controlaba el destino de los humanos y tenía la capacidad de derribar a reyes, lo que lo hacía temido y respetado.
- Tlaloc: Dios de la lluvia, el rayo y los relámpagos. Era una deidad crucial para la agricultura, ya que la lluvia era esencial para las cosechas. Su importancia residía en la necesidad de garantizar buenas temporadas agrícolas, y por ello se le ofrecían sacrificios para asegurar la prosperidad de las tierras.
- Xipe Tótec (Nuestro señor desollado): Dios de la agricultura, la fertilidad y la renovación. Representaba la regeneración de la naturaleza y la renovación del ciclo de la vida. Los toltecas realizaban rituales en su honor que incluían el uso de pieles humanas para simbolizar la renovación de la vida tras la muerte.
- Huitzilopochtli: Aunque más asociado con los aztecas, Huitzilopochtli ya tenía relevancia en la cultura tolteca como dios de la guerra y el sol. Era un dios protector que encarnaba la fuerza militar y el poder político, conceptos fundamentales en la sociedad tolteca, pues valoraba mucho a sus guerreros.
5 aportes de la cultura tolteca
La cultura tolteca, a pesar de su relativa brevedad, fue importante para Mesoamérica, pues influyó en civilizaciones posteriores como la azteca. A continuación, se destacan cinco de sus principales aportes:
- Arquitectura monumental: Los toltecas fueron grandes constructores, y su legado arquitectónico es evidente en la ciudad de Tula. Entre sus contribuciones más notables están los atlantes, esculturas monumentales de guerreros que decoraban los templos. Además, sus pirámides y palacios, con complejos decorativos de relieves y columnas, sirvieron de modelo para otras culturas.
- Fusión cultural y religiosa: Los toltecas fueron pioneros en la integración de elementos culturales y religiosos de otras civilizaciones, como Teotihuacán y los mayas. Esta fusión se refleja en su panteón de dioses y en sus prácticas religiosas, que influyeron en la cosmovisión de los aztecas y otros pueblos mesoamericanos.
- Consolidación de la figura de Quetzalcóatl: La deidad de Quetzalcóatl adquirió una importancia central durante el periodo tolteca, no solo como dios de la sabiduría, sino también como un símbolo de legitimidad política y cultural. Este mito fue adoptado por los aztecas y se convirtió en un pilar de su ideología religiosa.
- Influencia en la cultura maya: La influencia tolteca se extendió hacia el sureste, particularmente en Chichén Itzá, donde se observa una clara mezcla de estilos arquitectónicos toltecas y mayas. Esta interacción afectó la arquitectura, pero también a las prácticas religiosas y militares de los mayas durante el periodo posclásico.
- Aportes a la militarización y organización política: Los toltecas desarrollaron un sistema de gobierno basado en una élite militar que dirigía la sociedad. Esta estructura influyó en la organización política de los aztecas, quienes adoptaron gran parte de las costumbres toltecas, como la importancia del guerrero en la estructura social y el uso de la guerra como medio de expansión.
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