Gerardo Murillo, alias Dr. Atl, fue un artista tapatío que destacó gracias a su obra principalmente pictórica, en la que revalorizó el paisaje mexicano, sobre todo el volcánico.
Conoce su obra así como su técnica artística y las 20 obras más destacadas del pintor mexicano:
- "Vista del Popocatépetl"
- "Retrato de Nahui Olin"
- "Paisaje con el Iztaccíhuatl"
- "Retrato de Rubén M. Campos"
- "El cráter y las nubes"
- "Erupción en apogeo"
- "Amanecer en el Popcatépetl"
- "Autorretrato"
- "Serie de seis paisajes"
- "Mañana luminosa"
- "Paricutín"
- "Vista de los volcanes desde Cautla"
- "Valle de Tepoztlán"
- "Retrato de Luis G. Urbina"
- "La sombra del Popocatépetl"
- "Autorretrato" (1959)
- "Valle de México desde la carretera de Cuernavaca"
- "Píhuamo"
- "Popocatépetl"
- "Volcán"
Encuentra imágenes de cada obra y una breve explicación para profundizar en el arte del Dr. Atl.
Biografía de Gerardo Murillo
Gerardo Murillo, mejor conocido por su seudónimo Dr. Atl, nació el 3 de octubre de 1875 en Guadalajara, México. Desde temprana edad, mostró un interés innato por el arte y la naturaleza, dos elementos que influirían de manera significativa en su vida y obra.
La conexión con la tierra y el paisaje mexicano es el principal hilo conductor de la carrera artística del pintor Gerardo Murillo.
La pasión de Murillo por el arte lo llevó a ingresar en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México en 1897, donde estudió pintura y escultura.
Durante su tiempo en la academia, su espíritu libre y su conexión con otros artistas rebeldes lo llevo a cuestionar las normas establecidas.
A principios del siglo XX, Gerardo Murillo inició su participación activa en movimientos artísticos vanguardistas, convirtiéndose en una figura clave en el desarrollo del muralismo en México.
Formó parte del grupo de artistas que buscaban una identidad artística auténticamente mexicana y que rechazaban la influencia europea en el arte nacional.
En 1903, adoptó el seudónimo "Dr. Atl". "Atl" es una palabra en lengua náhuatl que significa “agua”. Con este nombre, buscaba simbolizar su conexión con la naturaleza.
La relación de Dr. Atl con el paisaje y la geología lo llevó a explorar el mundo de los volcanes y a documentar sus experiencias en libros como "La gerencia del arte" y "Cómo nace y crece un volcán." Además, se convirtió en un ferviente defensor del nacionalismo y la identidad mexicana a través del arte.
Durante su carrera, participó en varias exposiciones tanto en México como en el extranjero, consolidando su reputación como un artista influyente. Su obra abarcó una variedad de medios, desde pinturas y esculturas hasta murales, pero siempre manteniendo su conexión con la tierra y la naturaleza.
Dr. Atl también desempeñó un papel fundamental en la educación artística en México. Fue maestro de prominentes artistas nacionales como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
A lo largo de su vida, Gerardo Murillo (Dr. Atl) dejó un legado duradero en el arte mexicano: contribuyó al desarrollo del muralismo y abrió nuevos caminos para la expresión artística con identidad nacional.
Dr. Atl falleció el 15 de agosto de 1964, pero su impacto perdura como uno de los pioneros y defensores de la autenticidad artística mexicana.
Dr. Atl obras destacadas
La pintura de Gerardo Murillo se caracteriza por su enfoque expresivo y su compromiso con la representación de la naturaleza. En sus obras, especialmente en aquellas que representan la majestuosidad de los volcanes, se aprecia una conexión única con la tierra.
Utilizó colores brillantes y pinceladas sinuosas para transmitir la energía y la vitalidad de la naturaleza en sus obras.
Uno de los aspectos más novedosos de la producción artística de Dr. Atl fue su participación en la creación de murales, una práctica que se convertiría en una característica distintiva del movimiento muralista en México con representantes como José Clemente Orozco y Rufino Tamayo.
En cuanto a exposiciones, Dr. Atl participó en eventos destacados tanto en México como en el extranjero. Su presencia en la Exposición Internacional de Bellas Artes en San Francisco en 1915 le otorgó reconocimiento internacional, consolidando su posición como un exponente clave de la vanguardia artística mexicana.
Además, Dr. Atl fue parte del movimiento estridentista, un grupo vanguardista que buscaba renovar el panorama artístico y literario en México. Su participación en exposiciones colectivas relacionadas con este movimiento le permitió explorar nuevas formas de expresión y expandir su influencia en círculos artísticos contemporáneos.
La obra de Dr. Atl no solo se limitó a la pintura, también desempeñó un papel destacado como escritor y poeta. Su legado artístico no solo perdura en las obras físicas que dejó, sino también en sus escritos, que exploran sus lazos con la tierra, la naturaleza y la identidad mexicana.
La riqueza y diversidad de la producción artística de Gerardo Murillo (Dr. Atl) lo posicionan como un pionero en el escenario artístico del país, ¡descubramos sus obras más destacadas!
Vista del Popocatépetl, 1934
Las investigaciones vulcanológicas llevadas a cabo por el Dr. Atl lo condujeron a residir durante un periodo significativo en las cercanías del Popocatépetl, área que exploró en numerosas ocasiones.

En esta obra, Dr. Atl emplea una técnica que implica la creación de una separación perceptual entre planos, dando la impresión de una distancia visual, a la vez que resalta los detalles del paisaje. Este enfoque se asemeja a un interludio que precede a la presentación de la grandiosidad del volcán, explica la Colección Blastein.
Nahui Olin, Ca. 1922
Nahui Olin (en náhuatl quinto movimiento del sol) fue una pintura mexicana bastante destacada e importante en los movimientos artísticos del siglo XX. Además de ser una gran creadora y artista, también inspiró a otros artistas masculinos, como es el caso de esta obra de Gerardo Murillo.

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Paisaje con el Iztaccíhuatl, 1932
En la década de 1930, durante el período artístico más maduro de las pinturas de doctor Atl, el pintor tapatío creó su visión impresionante de los paisajes en el país.

Sus obras destacaban amplias vistas que rodeaban el valle de México, con montañas cubiertas de nieve perenne y nubes dispersas, iluminadas por la luz clara en días soleados y claros.
Retrato de Rubén M. Campos, ca. 1909
Rubén M. Campos (Guanajuato, Guanajuato, en 1876 - Ciudad de México 1945) fue un poeta, narrador y folklorista cercano al pintor Gerardo Murillo. No solo compartió su sabiduría en las aulas de la Preparatoria y la Normal, sino que también llevó su conocimiento al extranjero como cónsul en Milán. Sumergiéndose en la investigación, también compartió sus descubrimientos como conferencista en el Museo Nacional. Así, la vida de Rubén M. Campos se entrelazó con la palabra y la exploración en diversas formas a lo largo de su trayectoria.

El cráter y las nubes, 1935
En esta obra de óleo sobre madera, se aprecia una de las características más representativas de la pintura de doctor Atl: el paisaje natural de México.

También se aprecia la utilización de colores cálidos, que también caracterizó a su obra y lo llevó a crear una estética propia y reconocible en el mundo artístico.
Erupción en apogeo, ca. 1960
Dr. Atl también tuvo un gran interés en la geología, por lo que incorporó una perspectiva única en su obra al representar la influencia geológica en los paisajes.

Obras como esta pintura capturan la textura de la tierra, los relieves montañosos y la actividad de los volcanes. Así, el artista logró una fusión especial entre arte y ciencia.
Amanecer en el Popocatépetl, ca. 1943
El Popocatépetl, uno de los volcanes más emblemáticos de México, se convirtió en una fuente constante de inspiración para Dr. Atl. A través de sus obras, buscaba plasmar la majestuosidad y la energía de los paisajes volcánicos mexicanos.

La representación detallada de los volcanes en sus pinturas era una expresión de su admiración por la fuerza natural y la belleza de estos elementos geológicos.
Autorretrato, 1948
Entre las obras de Gerardo Murillo también destacan los autorretrates, y este es uno de los más especiales gracias a la técnica seccionada de forma diagonal en el lado derecho.
El pintor aparece en un primer plano, ubicado quizás en su estudio, acompañado por una mujer que irrumpe el espacio visual.
"El rostro del pintor, con cabeza calva y barba cana, tiene un gesto un tanto adusto, mientras que su mirada, penetrante y retadora, está dirigida hacia al espectador. A diferencia de otras obras donde el pintor aparece con una chaqueta, este autorretrato tiene un toque informal gracias a la camisa de franela con cuadros azules que viste. En algunos lienzos del artista jalisciense, fue recurrente la aparición de una mujer como testigo de sus procesos de creación", explica la colección Blastein.

Serie de 6 paisajes, ca.1948
La relación entre Dr. Atl y los volcanes iba más allá de lo artístico; era una expresión de su conexión espiritual con la tierra y su deseo de transmitir esa conexión a través de su obra.

De esta manera, sus pinturas de volcanes, especialmente del Popocatépetl (aunque también del Paricutín y otros), se convirtieron en una parte integral de su legado artístico y científico, mostrando la convergencia entre su pasión por la geología y su talento artístico.
Mañana luminosa, 1942
La técnica de Dr. Atl se caracteriza por pinceladas sinuosas y expresivas que dan vida a sus composiciones.
En obras como ésta, el pintor logra transmitir la textura de la tierra, el vapor de los volcanes y la atmósfera en movimiento a través de su maestría técnica y su enfoque artístico particular.

Paricutín, 1943
En 1943, el Paricutín entró en erupción, y el Dr. Atl se dedicó durante dos años a examinar detalladamente el surgimiento del volcán en suelo mexicano.

Como resultado de sus observaciones y análisis, publicó el libro "Cómo nace y crece un volcán", que incluye una serie de pinturas y numerosos dibujos que documentan el desarrollo del fenómeno.
Estas obras, según la Colección Blastein, van más allá de ser simplemente ilustrativas para la ciencia; en su ejecución, destacan méritos artísticos notables, caracterizados por una expresividad formal considerable.
Vista de los volcanes desde Cuautla, 1958
En esta pintura de Dr Atl, como en gran parte de su obra, busca destacar la prominencia de los elementos geográficos de México.

Así, el artista contribuyó a la construcción de una estética auténticamente mexicana, pues se alejó de las influencias artísticas extranjeras y promovió la valoración de la belleza natural de México.
Valle de Tepoztlán, 1958
Con esta obra también se aprecia la intención del artista de resaltar y revalorizar el paisaje mexicano.

Retrato de Luis G. Urbina, 1907
Luis G. Urbina fue un artista contemporáneo del doctor Atl. Se trata de un escritor destacado de la época que fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

La sombra del Popo (1942)
En esta obra, Dr. Atl presenta una vista poco convencional desde la cumbre del Popo: las figuras geométricas de los campos agrícolas al pie del volcán se destacan gracias a la sombra triangular proyectada por el propio volcán sobre ellos.

El artista creó "La sombra del Popo" utilizando los "Atl-colores", una combinación de pigmentos, queroseno y cera diseñada para lograr efectos más vibrantes y potentes en la paleta de colores.
Autorretrato, 1959
En este autorretrato, Gerardo Murillo se posiciona en primer plano frente a su amado volcán y paisaje.

Valle de México desde la carretera de Cuernavaca, 1955
Los críticos de arte expertos en la obra de Gerardo Murillo destacan su conexión espiritual con la naturaleza y los paisajes se refleja en su obra, transmitiendo una sensación de trascendencia y reverencia hacia el entorno natural.

Esta dimensión espiritual aporta profundidad emocional a sus pinturas.
Píhuamo, 1952
En esta Gerardo Murillo obra se pueden apreciar los famosos "atl-colores"

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Popocatépetl, ca.1948
En esta obra, el doctor Atl explora la técnica con lápiz, carbón y café.

Volcan, ca. 1945
En esta obra, el artista tapatío utiliza la técnica de stencil.

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