Guadalupe Carpio fue una pintora mexicana del siglo XIX. Nació en Xalapa, Veracruz, y se mudó a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos, una de las instituciones de arte más prestigiosas del país.
Carpio se especializó principalmente en retratos. Su estilo se caracterizó por su realismo y atención al detalle. También pintó algunos paisajes y naturalezas muertas.
Carpio fue una de las primeras mujeres en México en recibir una formación artística formal y en exponer su obra en público. Participó en varias exposiciones de la Academia de San Carlos, así como en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1850.
La obra de Carpio es importante por varias razones. En primer lugar, demuestra el talento y la habilidad de las mujeres artistas en un momento en que su participación en el mundo del arte era limitada. En segundo lugar, su trabajo ofrece una visión de la vida cotidiana en México en el siglo XIX.
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Biografía de Guadalupe Carpio
María Guadalupe de los Ángeles Carpio Berruecos (Xalapa, Veracruz, 27 de enero de 1828 - Toluca, Estado de México, 19 de febrero de 1892), conocida como Guadalupe Carpio, fue una destacada pintora mexicana del siglo XIX.
Guadalupe Carpio fue una de las primeras mujeres en ingresar a la Academia de San Carlos, considerada la institución artística más importante de México en el siglo XIX y hasta entonces reservada exclusivamente a los hombres.
Esto la ha convertido en una figura pionera en la lucha por la inclusión de las mujeres en el mundo del arte.
Inició su formación artística a temprana edad con reconocidos maestros como Rafael Flores y Miguel Mata. A los 17 años ya participaba en las exposiciones de la Academia, demostrando un talento que la posicionó como una artista prometedora.
Carpio exploró distintas temáticas y técnicas en su obra. Destacan sus autorretratos, a menudo acompañados de su familia, en los que revela una perspectiva muy íntima y emocional.
También realizó retratos de otras personalidades, paisajes, escenas costumbristas e incluso copias de obras maestras europeas, que denotan su dominio de diversas técnicas y estilos.
Pese a los prejuicios de la época, Guadalupe Carpio logró cierto reconocimiento. Sus obras fueron expuestas en la Academia de San Carlos durante 40 años y en la Exposición Internacional de Filadelfia (1876), obteniendo medallas y diplomas.
Algunos datos relevantes de su vida:
- Contrajo matrimonio con Martín Francisco Mayora Otaegui, con quien tuvo diez hijos.
- Fue hija de Manuel Carpio, un hombre cercano a los círculos intelectuales de la naciente República y a los dirigentes de la Academia de San Carlos, lo que facilitó su entrada.
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Guadalupe Carpio pinturas
La obra de Guadalupe Carpio se compone principalmente de retratos y autorretratos.
Su estilo se enmarca dentro del neoclasicismo y el romanticismo, con influencias del academicismo europeo.
El número exacto de obras que pintó Guadalupe Carpio es desconocido. Se estima que realizó alrededor de 30 obras, pero solo se han podido identificar y documentar alrededor de 7.
Algunas de sus obras más conocidas son:
- Autorretrato con familia (1852)
- Retrato de Martín Mayora
- Virgen de Belén (copia de Murillo) (c.1855)
- Sibila Pérsica (copia de Guercini)
- Muerte de san Antonio Abad (copia de un Ribera) (c.1855)
- Pensativa (copia de Duquesne)
Es importante destacar que muchas de las obras de Carpio se encuentran en colecciones privadas y no han sido expuestas al público.
Debido a la falta de información y documentación, es difícil determinar con precisión cuántas obras pintó Guadalupe Carpio. Sin embargo, su trabajo es un importante testimonio de la participación de las mujeres en el arte mexicano del siglo XIX.
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Autorretrato con familia (1852)

La pintura "Autorretrato con familia" de Guadalupe Carpio, realizada en 1852, es una obra significativa porque representa la unión familiar.
La obra presenta a la artista junto a su madre, Guadalupe Berruecos Orozco y un retrato de su esposo, Martín Francisco Mayora Otaegui, así como sus dos hijos pequeños. Esta representación familiar es inusual en la época, ya que los retratos solían centrarse en una sola persona o en parejas.
A diferencia de los retratos formales de la época, Carpio optó por una perspectiva más personal. La abuela sostiene a su nieto en brazos, mientras que la niña añora a su padre, quien aparece en la obra gracias a la audacia de Carpio, ya que en ese momento no se encontraba presente para retratarlo.
La obra está cargada de simbolismo. La madre sostiene su paleta de pintura y desafía el rol de género de la época. El padre, vestido de negro, simboliza la autoridad y la protección. Los niños representan la alegría y la esperanza.
La obra está realizada al óleo sobre tela y demuestra el dominio técnico de Carpio. La composición es equilibrada y armoniosa, y los colores son armoniosos. La artista utiliza la luz para resaltar los rostros de la familia y crear una atmósfera cálida y acogedora.
"Autorretrato con familia" puede interpretarse como una celebración de la vida familiar y los valores tradicionales. También puede verse como una declaración de la propia identidad de Carpio como artista y madre. La obra es un testimonio de su talento y su visión personal del mundo.
En resumen, la pintura es una obra importante en la historia del arte mexicano. Es un retrato íntimo y simbólico que nos ofrece una visión de la vida familiar en el siglo XIX y de la perspectiva única de una artista pionera como Guadalupe Carpio.
"Autorretrato con familia" puedes verlo en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) de la Ciudad de México.
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Retrato de Martín Mayora

La información disponible sobre el "Retrato de Martín Mayora" de Guadalupe Carpio es limitada.
No se sabe con certeza a qué año pertenece ni la ubicación actual de la obra.
Lo que sabemos es que Martín Mayora Otaegui fue el esposo de Guadalupe Carpio. La pareja tuvo varios hijos, lo que sugiere que el retrato pudo ser realizado antes de 1865, año en que Carpio pintó su famoso "Autorretrato con familia".
El retrato podría seguir las convenciones de la época, mostrando a Martín Mayora en una pose formal y seria, quizás con vestimenta elegante y atributos relacionados a su profesión.
Carpio se centró en los rasgos faciales y la expresión de su esposo, buscando transmitir su personalidad y carácter.
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Virgen de Belén

Se trata de un óleo sobre tela de 94 por 69.5 centímetros de la Virgen de Belén, una representación de la obra de Bartolomé Esteban Murillo.
La pintura "Virgen de Belén" de Guadalupe Carpio, realizada en 1858, es una obra que representa a la Virgen María con el Niño Jesús en un entorno familiar y cotidiano.
La obra se caracteriza por su estilo neoclasicista y su iconografía tradicional, pero también presenta algunos elementos distintivos que la convierten en una pieza singular dentro de la producción artística de Carpio.
La Virgen María se presenta sentada en una silla, con el Niño Jesús en su regazo. Su rostro es sereno y maternal, pero también luce cansado.
El Niño Jesús se encuentra en brazos de la Virgen, su rostro es angelical.
A diferencia de otras representaciones de la Virgen María, Carpio opta por un estilo más realista. Los personajes se presentan con rasgos físicos comunes y expresiones faciales naturales.
La luz juega un papel importante en la obra. Ilumina los rostros de los personajes y crea una atmósfera cálida.
La pintura "Virgen de Belén" de Guadalupe Carpio es una obra significativa que refleja la devoción mariana y la importancia de la familia en la sociedad mexicana del siglo XIX. La artista combina elementos tradicionales con un estilo más realista, creando una obra única y personal.
Guadalupe Carpio ha sido catalogada como una pintora decimonónica.
Las pintoras decimonónicas son mujeres que pintaron durante el siglo XIX, un período de grandes cambios sociales y políticos.
A pesar de las dificultades que enfrentaron las mujeres para recibir una educación artística y ser reconocidas por su trabajo, hubo muchas pintoras talentosas que produjeron obras significativas durante este período.
Guadalupe Carpio es una figura importante en la historia del arte mexicano. Su talento, valentía y perseverancia abrieron el camino para futuras generaciones de artistas femeninas.
Su legado reside en sus obras, que ofrecen una ventana a la sociedad mexicana del siglo XIX y demuestran el potencial artístico de las mujeres que, como ella, desafiaron las barreras de su época.
Guadalupe Carpio falleció el 19 de febrero de 1892 en Toluca, Estado de México.
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