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Hay un proverbio canadiense que dice: «No hay que ser más católico que el Papa».
Por algo será... Si tienes previsto realizar un viaje a Roma, no te podrás dejar atrás la visita al Vaticano, uno de los elementos esenciales de la capital italiana. Este pequeño enclave de 0,44 km² y con una población de solo 799 habitantes, recibe casi 6 millones de turistas cada año: ¡una población turística 7.509 veces mayor que la población total! Los turistas se dirigen a este pequeño país para visitar los Museos Vaticanos, la Capilla Sixtina, la Plaza de San Pedro y la Basílica de San Pedro. El Vaticano, la Santa Sede de la Iglesia Católica, tiene una monarquía absoluta por ley divina y electiva: el Papa, el Romano Pontífice y el Obispo de Roma, por lo tanto, es el que ejerce los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales. ¿Estás planeando una estancia en Roma? ¡En este artículo, te contamos todo (o casi) sobre la Ciudad del Vaticano!
¿Cómo organizar tu visita al Vaticano?
Conocido desde la época del Imperio Romano, la colina vaticana (Monte Janículo) fue la residencia de ciertos nobles romanos. Además de su aspecto de Estado teocrático, el Vaticano es, por lo tanto, un sitio lleno de restos arqueológicos de la Antigüedad.
Las paradas obligatorias de la Ciudad del Vaticano
¿Qué ver en el Vaticano? A pesar de sus pequeñas dimensiones, el Vaticano alberga una gran cantidad de obras de arte, ¡algunas de las cuales se remontan a los tiempos de los antiguos egipcios, griegos, etruscos y romanos! Independientemente de que seas un peregrino, un cristiano practicante o un turista al que le fascina el arte y la historia, ¡es probable que los sitios y monumentos del Vaticano capten la atención de todo el mundo!
- La Plaza de San Pedro
- La Basílica de San Pedro
- La Capilla Sixtina
- Los Museos del Vaticano
- Los Jardines del Vaticano
Diseñado con un estilo barroco entre 1658 y 1667 por Bernini, la Plaza de San Pedro fue ideada para dar cabida a un mayor número de peregrinos durante las audiencias papales y la bendición del Papa. No te olvides de pararte a contemplar la majestuosa cúpula, las estatuas y los adornos bajo la firma de Miguel Ángel. El obelisco que se erige en el centro de la plaza fue transportado por el emperador Calígula en el año 37, durante las primeras horas del Imperio Romano: ¡su fecha de construcción se remonta al antiguo Egipto, hace casi 4.000 años! Construida entre 1506 y 1626 y catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Basílica de San Pedro es la iglesia más grande del mundo cristiano: atrae a hasta 150.000 personas todos los domingos en el ángelus del Papa. En este lugar se enterraron a San Pedro y a muchos otros papas. ¿Cómo ir al Vaticano sin ver la Capilla Sixtina? Construida entre 1477 y 1483, la Capilla Sixtina es el lugar donde los cardenales, reunidos en un cónclave, proceden a la elección del nuevo papa. Famosa mundialmente por la bóveda decorada con frescos pintados por Miguel Ángel, incluye el fresco del Juicio Final y muchas pinturas de Perugino, Botticelli, Ghirlandaio, Rosselli y Pinturicchio. Finalmente, encontramos los Museos Vaticanos: un vasto complejo de doce museos en total, entre los que encontramos la Pinacoteca, los museos gregorianos (egipcios, etruscos, profanos), el museo Pío Clementino o el museo Chiaramonti. Los museos están cerrados los domingos, pero de lunes a sábado, se pueden visitar libremente o con una audioguía.
Descubre la historia de la Ciudad del Vaticano
Aunque el Vaticano es reconocido como un estado soberano solo desde la firma de los acuerdos de Letrán el 11 de febrero de 1929, su historia se remonta a la antigüedad romana.
El progreso de la racionalidad, del individualismo, las guerras de religión, las crisis políticas y sociales y las disputas de las grandes familias (Medici, Orsini, Borgia, Colonna) contribuyeron a un retroceso del poder del Papa en Europa.
Paradójicamente, en el siglo XVI, durante el Renacimiento, se construyeron los grandes monumentos del Vaticano:
- La Capilla Sixtina
- La Basílica de San Pedro
- El patio del Palacio Belvedere
La invasión de Lacio por las tropas de Napoleón Bonaparte en 1798 puso al Vaticano bajo el dominio francés. Restaurados en la caída del Imperio francés en 1815, los Estados Pontificios desaparecieron en 1870 bajo el efecto de la unificación del Estado italiano: el Papa fue mandado al Palacio del Vaticano. Mientras que Roma fue declarada capital de Italia. El Papa ya no tenía el poder político de antaño, se estableció una disputa entre Italia y el papado: la denominada Cuestión Romana. Este asunto se resolvió el 11 de febrero de 1929 con el reconocimiento del Vaticano como una ciudad-estado soberana, gobernada por el Papa, que nuevamente había recuperado su poder político y espiritual en el territorio del Vaticano.
¿Por qué hay que visitar el museo del Vaticano?
Cuando hacemos un recorrido por Roma, pensamos en visitar el Foro Romano, el Coliseo, la Piazza Navona, la Fontana de Trevi, el Panteón, etc. Pero, ¿por qué inevitablemente se debe visitar el Vaticano, aunque no seas creyente y busques huir de las multitudes?
- Por la increíble riqueza de las colecciones de arte.
- Por visitar el Palacio Apostólico.
- Para revisar algunos conceptos de la historia del arte europeo.
- Por sus restos arqueológicos.
La visita a los museos del Vaticano atrae a casi 4 millones de visitantes cada año y no sin razón: recorren más de 2.000 años de historia, a través de 7 kilómetros de salas y pasillos. Exploraremos todas las épocas antiguas, feudales, modernas y contemporáneas:
- El Museo Gregoriano Egipcio: abarca el período desde el Neolítico hasta los Faraones.
- El Museo Gregoriano Etrusco: exhibe objetos encontrados en excavaciones arqueológicas, que se utilizaron desde el siglo IX hasta el siglo I a.C.
- El museo etnológico, que tiene más de 80.000 piezas de arte desde tiempos prehistóricos.
- El Museo Pío Clementino: el más grande de los doce museos, que exhibe colecciones que datan de la antigua Grecia y la antigua Roma.
En el Palacio Apostólico, es, sin duda, la Capilla Sixtina la que atraerá a la mayoría de los visitantes. Inaugurada el 15 de agosto de 1483, es tan popular, en parte debido al fresco mural y a la cúpula pintada por Miguel Ángel, que la sobrepoblación turística supone una verdadera amenaza para la preservación de los frescos. Además de estos monumentos, también puedes pasar por la capilla Nicoline y las estancias de Rafael: se trata de salas de recepción ubicadas en las viviendas de los papas y los frescos representan obras maestras del Renacimiento italiano. Finalmente, no te pierdas la escalera de Bramante, con hélices dobles, ¡hecha para que la bajada no suponga un problema para la subida! Para visitar bien el Vaticano, te recomendamos que visites los museos temprano en la mañana, al final de la tarde, para evitar las multitudes y no tener que hacer mucha cola.